Thursday, January 31, 2008

Erase esta vez: la historia de "Galo"


La vida muchas veces nos termina sorprendiendo, tanto como nos sorprende lo que es capaz esa vida de ponernos al frente para darnos cuenta cuan humanos somos. Para graficar a lo que me refiero, les contaré la historia de un pequeño amigo peludo, cuyo nombre es "Galo".

Galo es un perrito que, abandonado desde pequeño, ha crecido educado por los crueles suburbios ciudadanos, la calle.

Como buen quiltro, frente a los perros de raza es despreciado por los hombres (del cual el perro supuestamente es el mejor amigo). Es de este modo que nunca gozó de un nombre, de una caricia, de un amo con quien jugar o que simplemente le dijera "buen perro", y aprendió a vagar mientras las autoridades piensan como eliminarlo a el y a otros que son similares al pequeño Galo.

Sin embargo esa noche de verano, "Galito" se encontró con la experiencia que quizás le habría ahorrado el trabajo a las autoridades. Sin saber el peligro que corría, quiso acercarse al mar, lamentablemente para llegar a el, había que atravesar una de las grandes avenidas de la ciudad, la que une a Valparaíso con Viña del Mar, la temida Avenida España.


Avenida España, le ha costado la vida no sólo a perros durante años, sino que también a hombres y mujeres en accidentes de tránsito, y recordadas tragedias como la de la pasarela de Portales, aquel fatídico diciembre de 1999. No era raro entonces que "Galo", se enfrentara a un gran peligro.

Y así fue, al llegar a la barrera de contención intermedia, la que divide la pista de ida y de regreso, encontró el camino cerrado, no pudo esquivar aquel muro en el cual pensó que su existencia terminaría.

Consumido por el miedo se entregó a su cruel destino, ser atropellado sin piedad al no tener el rango o importancia en este mundo para ser salvado por el respeto, que el nisiquiera pudo conocer hacia él. De esta forma y considerando su vida finalizada, se recostó y acurruco pegado a ese cruel muro de la muerte, mientras a milímetros de él, los crueles neumáticos quemaban el pavimento solamente para avanzar, y no para respetar.

horas pasaron, donde galo cada vez vio mas cerca los camiones, los buses y los autos, casi rozando su cuerpo para arrollarlo friamente, con sus ojos con lagrimas miraba asustado esperando cual de esos tanques acabaría con él.

Lo que nunca esperó es que uno de esos bólidos motorizados se detuvo a su lado, era un tipo que preocupado lo miró, y al venir ese cruel tumulto se vio obligado a avanzar, pero no se vió obligado a olvidar... es así que este tanque con su conductor, raudamente buscaron el camino de regreso, al lugar donde el pequeño Galo yacía con miedo.

El tipo de aquel auto, sin saber que hacer en esa fria selva de concreto y velocidad, se encontro con un nochero de un liceo aledaño a la fría avenida, preguntandole "¿me permitiría usted estacionar mi auto en su vereda a modo de emergencia?", a lo que el vigilante dudoso contesta "¿por que?", y el tipo justifica señalando "es que el perrito que esta ahí en el medio de la avenida corre serio peligro, y aunque nadie lo haga, yo no voy a dejar que muera"... conmovido por la convicción de esta persona y sus intenciones, el fiel nochero le dice "lo que usted intentará es peligroso, pero maravilloso.. estacionese aquí nomas".


El tipo estacionó el auto y raudamente atravesó la concurrida avenida para rescatar a "Galo". Al llegar donde estaba, optó por revisar si estaba herido.. afortunadamente nada había pasado, pero el miedo era la peor herida que el pequeño podía sentir, y sin compasión de nadie mas que de éste hombre, al que miró con sorpresa.

Los autos comenzaron a correr nuevamente despues de una pausa y tranquilidad, Galo nuevamente corría peligro, el tipo entonces se levanta cubriendo con su cuerpo al peludo amigo, y los autos al ver a un humano optaron por correrse, dejando al fin a Galo a salvo, aunque la tarea aun no terminaba.

"Galo" y este hombre desconocido, nuevamente quedaron solos, los autos quedaron furibundos tras el ultimo semáforo, esperando la luz verde para correr nuevamente, es en ese momento de tranquilidad que este desconocido toma rapidamente a Galo entre sus brazos, sin importar lo sucio que esté, y lo sacó de ese terrible lugar.

Al llegar al automovil, lo esperaba el nochero, quien testigo de todo lo que ocurrió, con los ojos llenos de lágrimas le dice a este desconocido "Señor, lo que usted ha hecho es maravilloso, he visto morir a muchos perros, que a nadie les importa, pero por primera vez veo un acto de tanto amor y tan hermoso como lo que usted a hecho... lo felicito señor, si hubiesen mas personas como usted.. este mundo sería otro". Con un nudo en la garganta, agradeciendo con dificultad por la emoción a tan hermosas palabras, el desconocido sube a Galo a su automóvil y se lo lleva lejos de ese cruel lugar de muerte y dolor.

En el camino, opta por meter su mano al bolsillo para comprarle a "Galo" algo que lo hiciera sentirse mejor y también alimentar un poco su violentado cuerpo.

El final de esta historia ocurre llegando a un lugar tranquilo en un cerro de Viña del Mar, lejos de autos y de violencia, donde el desconocido cariñosamente saca a Galo del automóvil y lo invita a vivir nuevamente sirviéndole un refrigerio. Galo asustado mira a su alrededor, no comprende bien si el peligro pasó, y mira al desconocido con ojos de eterno agradecimiento, sin entender también lo ocurrido... mirándolo y preguntandose "¿por que me salvaste?"

Con una lágrima en sus ojos, Galo miró al desconocido que luego de acompañarlo un rato lo dejó en un barrio donde una vecina conmovida por la historia aceptó que comiera y merodeara por ahí... así este hombre se alejó y Galo lo acompaño hasta dejarlo ir mirándolo con gratitud, una que aunque es un perro... jamás olvidaría.


Es maravilloso darse cuenta que, con cosas tan simples podemos ser más humanos, ser verdaderos seres con sentimientos.... en general, verdaderos seres humanos...


Esta historia es real....



El es Galo... está en mi auto luego de que todo el peligro pasó... el desconocido de la historia soy yo... y es una de las experiencias que me ha reconfortado el alma, de ver que hoy..mañana y siempre... podemos ser más humanos en este mundo que se ve tan cruel... su mirada de agradecimiento me pudo valer mucho mas que un millón de dolares... porque para esta linda mirada... no hay precio...

Gonzalo Gallardo E.